Para comprender la posición de Calvino acerca de lo que conocemos hoy como "preparacionismo", es necesario abordar los escritos del Reformador sobre la doctrina del arrepentimiento. Fundamentalmente, podemos encontrarla en los capítulos 3 y 4 del libro tercero de la Institución de la religión cristiana.
Primeramente, podemos observar que Calvino enseñaba que el arrepentimiento procede de la fe, al reconocer precisamente la gracia de Dios:
"Sin embargo, al afirmar nosotros que el origen del arrepentimiento procede de la fe, no nos imaginamos ningún espacio de tiempo en el que se engendre. Nuestro intento es mostrar que el hombre no puede arrepentirse de veras, sin que reconozca que esto es de Díos. Pero nadie puede convencerse de que es de Dios, si antes no reconoce su gracia" (Inst. III.3.2).
Justo a continuación, el Reformador desmiente que el terror de la conciencia sin la gracia sea virtud alguna para con Dios: