CONSEJOS PARA EL NUEVO AÑO

Pubicado en Artículos, Meditaciones

“Erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28).

CONSEJOS PARA EL NUEVO AÑO

El momento de Su segunda venida se acerca, y conviene a sus discípulos pensar en ese acontecimiento y prepararse para ello con diligencia. Pero si no llegamos a ser testigos que vean a nuestro Señor descendiendo en las nubes, la muerte llegará y nos transportará a Su presencia. Y antes de que nos expongamos a muchos y dolorosos problemas, deberíamos seguir la instrucción dada por nuestro Señor a Sus discípulos, que en nuestras Biblias se traduce como “Erguíos” y en otras versiones dice “Mirad arriba”.

Estamos entrando en un nuevo año. Tendremos nuevos problemas, nuevas pruebas, nuevas tentaciones y nuevas dificultades. Pero cuando sea que aparezcan, “miremos hacia arriba”. Y para animarnos a hacerlo, en este comienzo del año, pensemos:

 

Primero, las ocasiones en las que este consejo es aplicable. Puede que haya calamidades a nivel nacional, como epidemias, hambres o guerra. Pero sea lo que sea lo que venga sobre la nación, los cristianos que hay en ella deberían “mirar arriba”.

Puede que haya persecución, que los trabajadores pierdan sus empleos, la gente sus casas y los niños muchas de sus comodidades por causa de Cristo y de la conciencia. Pero si esa persecución arrecia contra cualquiera de nosotros este año, “miremos arriba”.

Puede que la providencia parezca eludirnos y dejarnos perplejos en una situación difícil. Diversas cruces pueden ser nuestro pan cotidiano. Puede que lleguemos a pensar que Dios nos ha vuelto la espalda y que todo está en contra nuestra. Pero cuando nuestras circunstancias sean más duras, cuando nuestras almas casi desmayen dentro de nosotros, entonces recordemos que el Señor se ha comprometido con nosotros por promesa y por pacto, y “miremos hacia arriba”.

Puede que tengamos que mudarnos y dejar a queridos amigos atrás. O lo que es peor, que ellos se vuelvan contra nosotros. Pero aunque todos ellos nos dieran de lado, y aunque padre y madre nos abandonasen, o aunque tuviéramos que marcharnos a los confines de la tierra, recordemos que nuestro Dios es el mismo para con nosotros, y que siempre está cerca de nosotros. Por lo tanto, “miremos arriba”.

Si la muerte entrase por nuestra puerta, y se llevara el deseo de nuestros ojos en un momento. Si nuestros padres muriesen, nos faltasen nuestros hijos o nuestro cónyuge durmiese en la tumba, aunque amante o amigo nos fuese arrebatado, y nuestros seres queridos se hundieran en la oscuridad, con todo, aferrémonos a esta determinación de “mirar arriba”.

Si la oscuridad nubla nuestras pruebas, nos deja a ciegas en nuestro camino y extiende sus sombras sobre nuestras mentes. Si el desánimo tiñe nuestras almas, o coloca piedras de tropiezo en nuestra senda. Si toda nuestra experiencia pasada ahora parece cuestionable y nuestra aceptación en Dios parece dudosa, a pesar de todo no nos rindamos, sino “miremos hacia arriba”.

Si la enfermedad nos postra en la cama, y nos envuelve el dolor y la debilidad; si la muerte nos sale al paso y la tumba parece preparada para recibirnos; si la eternidad ya arroja sus rayos de luz sobre nosotros y parece querer echar su telón sobre nuestra vida, no temblemos, no nos amedrentemos, sino “miremos hacia arriba”. En cualquier situación, en cualquier lugar, en cualquier condición que este año nos traiga, busquemos gracia para seguir el amoroso consejo de nuestro Señor y “miremos arriba”.

 

En segundo lugar, notemos que nuestro Salvador nos indica la dirección: “¡Mirad hacia arriba!”.

-         No miremos atrás, como hizo la mujer de Lot.

-         No miremos dentro, como hacen demasiados.

-         No miremos alrededor, como hizo David.

¡Miremos arriba! Arriba hacia Dios – Él es tu Padre, tu Amigo, tu Salvador. Él puede ayudarte. Él te ayudará. Él dice: “Mirad a Mí y sed salvos – porque Yo soy Dios”.

Mira arriba, a la luz que te guía –  y Él dirigirá tu senda.

Mira arriba, a la gracia que te santifica – y hallarás que la gracia de Jesús es suficiente para ti.

Mira arriba, a la fuerza que te capacita para hacer y sufrir la voluntad de Dios – y Su poder se perfeccionará en tu debilidad.

Mira arriba, al consuelo que te dará alegría – como uno a quien consuela su madre, así te consolará el Señor a ti.

Mira arriba al coraje que te hará valeroso – y el Señor dará valor al débil, y a aquellos que no tienen fuerzas, Él se las multiplicará.

Mira arriba a la resistencia que te sostenga – y el Dios que te protege te capacitará para soportar con paz la carga más pesada, y para aguantar en silencio la aflicción más dolorosa.

Mira arriba, a la providencia que proveerá para ti – y ni la harina ni el aceite se agotarán, sino que Dios suplirá todas tus necesidades, según las riquezas de su gloria en Cristo Jesús.

Mira arriba en fe – ejercitando la confianza en la Palabra de un Dios fiel.

Mira arriba en oración – pidiendo lo que Dios ha prometido en Su gracia.

Mira arriba en esperanza – esperando lo que pides en el nombre de Jesús.

Mira arriba con adoración – y alaba la soberanía, la justicia y la sabiduría de Dios.

Mira arriba constantemente – que nada te desanime, sino que “tus ojos estén en el Señor nuestro Dios hasta que Él nos muestre misericordia”.

Mira arriba, porque eso impedirá

-         Que tu cabeza flote perdida.

-         Que tu corazón se hunda.

-         Que tus rodillas tiemblen.

-         Que tus pies resbalen y

-         Que tus manos cuelguen ociosas.

Bien, amigos, ¿qué decís? ¿Seguiréis este consejo? ¿Actuaréis según él? Aquel que más os ama, Aquel que mejor os conoce, y que siempre os quiere bien lo dio. Tomadlo, y nunca os arrepentiréis. Actuad según él, y nunca os pesará.

Es imposible decir lo que nos sucederá en el futuro, o lo que se nos exigirá este año. Pero ¡mirad arriba! Esta simple instrucción, si se sigue, nos procurará todo lo que necesitamos, nos dará seguridad contra todo lo que tememos, nos hará más que vencedores sobre todos nuestros enemigos y nuestros miedos.

Hermano cristiano, ¿tienes miedo? “Mira hacia arriba” y oye a Jesús diciéndote “No temas, Yo mismo te ayudo”.

¿Estás desanimado? “Mira arriba”, y tu juventud será renovada como las alas del águila, y se te concederá luz, consuelo y valor.

¿Estás herido? “Mira arriba”, porque Jesús nunca apaga la vela que ya sólo humea, ni quiebra la caña cascada.

Mira arriba, para todo lo que necesitas, por todo lo que temes, a pesar de todo lo que obstaculiza tu camino.

Mira arriba cada día, diciendo con David “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz, de mañana me presentaré delante de Ti y esperaré” (Salmo 5:3).

Mira arriba en cada prueba diciendo “Alzaré mis ojos a los montes, de donde vendrá mi socorro: mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121:1,2).

No mires a tu pecado – te desanimará.

No mires a ti mismo – te desalentará.

No mires a Satanás – te engatusará.

No mires a los hombres – te engañarán o te desilusionarán.

No mires a tus pruebas – te vendrás abajo.

Más bien, como hizo siempre la iglesia, mira arriba “hasta que Jehová mire y vea desde los cielos” (Lam. 3:50). Por tanto, “despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hb. 12:1,2). Mira sólo a Jesús, intensamente a Jesús. Corre mirando, trabaja mirando, lucha mirando, sufre mirando, vive mirando y muere mirando a Jesús, que está a la derecha de Dios en la gloria. ¡Oh, mira, mira, mira a Jesús!

 Rev. James Smith (1802-1862), predecesor de Spurgeon en New Park Street Chapel de Londres de 1841 a 1850, autor del famoso devocional “The Pastor´s Morning Visit”.

Otros artículos interesantes

 

icono emision en directo

(En este instante no se está emitiendo)

La emisión de video en directo se realiza cada Domingo de 12:00h a 13:30h y de 19:00h a 20:30h

CET  Hora Central Europea  (UTC / GMT+1)

Volver