Alguien puede preguntar "¿Significa esto, que Dios no está sanando a los enfermos hoy en día? No, Dios a menudo sana a la gente de sus enfermedades, pero tenemos que entender que hay dos clases de enfermedades con las cuales Dios trata con los hombres. Hay sanidades milagrosas que son espectaculares e innegables las cuales tienen un propósito específico. Su propósito era el de confirmar la autenticidad del mensajero de Dios. Hay otra clase de sanidad que no tiene nada que ver con señales o el autentificar algo.
Santiago 5:14,15; describe esta otra clase de sanidad: "¿Está enfermo alguno de vosotros?"La palabra griega implica, muy, muy enfermo. "Que llame a los ancianos de la iglesia y que oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe dará salud al enfermo, y el Señor lo levantará..." No nos dice que llamemos a alguien que tenga "el don de la sanidad", sino que llamemos a los ancianos ordenados de nuestra iglesia, hombres piadosos del mismo cuerpo local de creyentes, quienes nos conocen y aman, y orarán. Entonces Dios en Su soberanía según Su voluntad, no según la nuestra, determinara cómo, cuándo y dónde y si el creyente enfermo se aliviara o no.
Noten cuidadosamente, que el pasaje no dice cómo la persona enferma se levantará. No dice cuánto tiempo tardará. No dice si necesitará medicinas, enfermeras, doctores, hospitales o convalecencia. Alguien puede preguntar si la persona es curada ¿Cómo sabemos que Dios lo hizo? Lo sabemos, porque esta sanidad es un asunto dentro de la familia de Dios.